Productividad personal para gente normal #7
La newsletter que te ayuda a simplificar tu vida para ser más feliz
A quién madruga….
Esta semana he recibido un correo de una persona que me pedía si podía hacer una entrada en esta newsletter sobre si es mejor madrugar, o por el contrario, es preferible quedarse por las noches hasta tarde.
Vaya por delante que en esto de la productividad y de la organización del tiempo no hay ninguna verdad absoluta, nada es blanco o negro. Es más, mi propuesta es que seas tú quién pruebes y elijas aquello que mejor se adapta a tus circunstancias personales.
No es solo que no hay dos personas iguales, si no que en una misma persona se darán circunstancias diferentes a lo largo de su vida a las cuáles tendrá que ir adaptándose.
Y ese ha sido mi caso. Yo siempre había sido una persona que era, o más bien creía, más productiva por la noche. Recuerdo estudiar por la noche durante la carrera, más adelante también me quedaba viendo la televisión hasta tarde, y luego podía ir a trabajar sin ningún problema.
Pero algo cambió en mí, o mejor dicho cambiaron mis circunstancias, cuando tuve a mi hija. Posiblemente el hecho de tener hijos es el momento en el que la planificación y la organización del tiempo se pone al límite. Además coincidió con que empecé a prepararme oposiciones mientras seguía trabajando. Ahí ya la cosa se elevó a nivel rojo.
Recuerdo que fue por aquella época cuando leí sobre la importancia que tenía uno de los elementos de la “triada” de la productividad, la energía. Sin energía no podía hacer nada, y para ello necesitaba dormir, pero trabajando, con una niña pequeña y estudiando, ¿cómo podía hacerlo?
Cambiando mis horarios y adaptándome a mis nuevas circunstancias.
Así empecé a irme a dormir a las 9 de la noche, la misma hora a la que se iba mi hija. Cenábamos a las 8 y a las 9 ya estaba en la cama. Esto me permitía levantarme a las 4 de la mañana para poder estudiar.
Para mí esto fue todo un descubrimiento, ya que me levantaba a las 4 de la mañana pero habiendo dormido 7 horas, lo que era más que suficiente para poder descansar y así sacar 2 horas para estudiar todos los días. Encima en esas 2 horas no había ruidos, ni interrupciones de ningún tipo, mi hija dormía, y tenía la mente fresca para poder estudiar concentrada.
Desde aquél momento me volví una fan de madrugar, y así hoy en día me sigo levantando a las 4 o las 5 de la mañana, y me voy a la cama a 9 o a las 10 de la noche como muy tarde.
Si, es verdad, me he perdido muchos “Hormigueros” y series de Netflix, pero he conseguido otras cosas que para mí son más importantes. Gracias a esas dos horas cada día pude aprobar unas oposiciones a periodista, sacarme un máster, escribir 2 libros, tener un blog, o estar ahora con el doctorado.
También dedico esas primeras horas del día para leer sobre temas que son muy diferentes a mis lecturas habituales. Ahora por ejemplo estoy leyendo en inglés un libro de la neurocientífica Lisa Mosconi que está especializada en investigar el cerebro de la mujer durante la menopausia y los descubrimientos que ha hecho en este campo.
También hago journaling, meditación, o pensar sobre mis objetivos, dependiendo del día.
Recuerdo que los primeros meses cuando empecé a madrugar aquello no me funcionaban, estaba en realidad más cansada, no me concentraba y pensaba que yo era más “nocturna”, pero tuve que cambiar mis creencias sobre si era nocturna o diurna, ya que querer ser nocturna, teniendo una niña pequeña y queriendo aprobar unas oposiciones simplemente no era compatible.
Así que volví para atrás, me concedí paciencia y tiempo, y empecé el proceso de nuevo, pero esta vez no me iba a la cama a las 9 y me levantaba a las 4 desde el primer día. Si no que fui habiéndolo progresivamente de media hora en media hora durante varias semanas.
Recuerdo que era más complicado irme a dormir a las 9 que madrugar, porque una vez que había dormido a mi hija me venían pensamientos a la cabeza del tipo: “ahora que la niña está dormida este es tu momento”, “después de trabajar todo el día te lo mereces”, “qué vida es esta que no puedes disfrutar ni un rato por la noche”, “parezco una extranjera”, “esto de cenar a las 8 no tiene que ser sano”.....
Tuve que enfrentarme a cada uno de esos pensamientos y recordarme porqué lo hacía. Hoy en día no me cuesta nada madrugar, es más, estoy deseando irme a dormir para poder levantarme pronto, incluso en fin de semana.
Eso no quiere decir que algún día no me acueste más tarde si hay una celebración, o es una ocasión especial, pero lo habitual es que los viernes y los sábados esté a las 10 de la noche en la cama.
En los primeros boletines de esta newsletter te decía que era importante darse cuenta de que solo tenemos 24 horas al día, y de que no podemos hacer todo lo que queremos hacer. Eres tú quién decide qué hacer en las 24 horas que tienes cada día.
Irse a dormir pronto para poder levantarte después de haber dormido 7 ú 8 horas, es muy complicado hoy en día en nuestra sociedad. Todo, todo está enfocado para que trasnochemos, y ahí tenemos el ejemplo de las cadenas de televisión que emiten los programas a partir de las 10 o las 11 de la noche. Esto es simplemente una locura. Pero a ellas eso les da igual porque no les importa si tú consigues tus objetivos o no, ya que ellas tienen sus propios objetivos, como que más gente vea sus programas, mejor.
El CEO de Netflix hizo unas declaraciones en una entrevista que sorprendieron a muchos cuando dijo que “Netflix no lucha contra HBO o las cadenas de televisión, Netflix lucha contra el sueño”. Ellas te roban horas de sueño para poder ganar más dinero. Piensa en ello.
Todo esto que te he contado está basado en los cronotipos que son los diferentes ritmos biológicos que tenemos las personas en función de nuestros niveles de energía a lo largo del día.
Existen básicamente cuatro cronotipos:
1. Alondra (matutino): personas que suelen ser más productivas en las primeras horas del día y experimentan una disminución del rendimiento por la tarde y noche.
2. Búho (vespertino): son más activos por la noche y tienen dificultad para madrugar. Funcionan mejor cuando tienen horarios flexibles o pueden trabajar por la tarde. También suele ser más habitual en las personas cuando son más jóvenes.
3. Colibrí (intermedio): personas que pueden adaptarse tanto por la mañana como por la noche, aunque suelen funcionar mejor en un punto intermedio.
4. Delfín (irregular): suelen tener problemas para dormir, tienen niveles de energía variables, con momentos de alta productividad y otros de fatiga repentina. A menudo se asocia con personas con ansiedad o con insomnio.
En mi caso la evolución ha sido de búho cuando era joven a una alondra ahora que soy más mayor. En los últimos años los estudios científicos están demostrando que la acción de madrugar respeta el biorritmo natural del cuerpo humano.
Si nos fijamos en el refranero español encontramos ejemplos de cómo madrugar ayuda a la productividad:
"A quien madruga, Dios le ayuda." (sin duda el más conocido)
"Levántate temprano y andarás sano."
"Madruga y verás; duerme y lo perderás."
"Al que madruga, la almohada le dura."
✍️ Deberes para esta semana:
Prueba a irte más pronto a la cama esta semana, aunque sea solo 30 minutos, y levántate 30 minutos antes de tu hora habitual. Dedica esa media hora extra a una actividad u objetivo que tengas. Puede ser estudiar un idioma, hacer deporte, meditación, lo que sea, pero que sea algo que es para tí.
Y por favor, no cojas el móvil.
Aquí te dejo como recomendación un libro que es mítico, el “Club de las 5 de la mañana”. Yo lo leí y hay cosas que he cogido para mi vida, y en cambio otras no, pero lo que lo que te he dicho varias veces, prueba y quédate con aquello que te funcione y se adapte a tu vida.
📚 Libro recomendado:
“El club de las 5 de la mañana” de Robin Sharma
Este libro promueve la práctica de levantarse a las 5 de la mañana para mejorar la productividad, la salud y la felicidad. A través de una narrativa que sigue a dos personas que buscan transformar sus vidas bajo la guía de un excéntrico millonario, el libro introduce la "Fórmula 20/20/20". Sharma sostiene que esta rutina matutina, mantenida durante 66 días, puede consolidarse como un hábito que potencia el rendimiento y el bienestar general.
Puedes adquirirlo aquí: el Club de las 5 de la mañana.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Espero que todo lo que te he compartido te sea ayuda en tu vida y te permita alcanzar tus objetivos.
Lo único que te pido es que compartas este boletín con otras personas para que les pueda ayudar a ellas también. Aquí tienes el enlace:
Un saludo y hasta el próximo sábado!!!
🙏 GRACIAS
Amalia